El cáncer de mama se manifiesta en mujeres de todas las edades y su incidencia en chicas jóvenes es cada vez más alta. Según datos de la OMS, cada 30 segundos se diagnostica un cáncer de mama en algún lugar del mundo. En España, se detectan alrededor de 25.000 nuevos casos anualmente.

El cáncer de mama no tiene una sintomatología evidente y, las secuelas físicas asociadas al mismo (como el cansancio o el dolor óseo), únicamente aparecen cuando la enfermedad está muy avanzada. Sin embargo, su presencia se asocia con cambios en la anatomía, forma, movilidad o color de los senos latentes desde las fases iniciales de la misma. Por eso es tan importante que conozcamos bien nuestro cuerpo y las técnicas de la autoexploración de mama. De esta forma, ante cualquier cambio, podremos acudir inmediatamente al médico.

¿Qué debemos buscar en una autoexploración de mama?

Durante la autoexploración mamaria debemos “buscar” los siguientes elementos:

  • Cambios de tamaño en las mamas.
  • Irregularidades en el contorno y anomalías asimétricas en los senos.
  • Menor movilidad en una de las mamas al levantar los brazos.
  • Aparición de alteraciones cutáneas como úlceras, manchas o “piel de naranja”.
  • Hundimiento u otros cambios en el pezón.
  • Detección de bultos.
  • Aparición de un mayor número de venas visibles en uno de los senos.

Otros aspectos que pueden ponernos en alerta durante la autoexploración de lo senos son:

  • Que la palpación produzca dolor en algún punto concreto.
  • Que observemos la supuración de líquido por los pezones.

¿Cómo y cuándo hacernos la autoexploración?

Se recomienda realizar la autoexploración de mama una vez al mes, preferiblemente después de la regla. Si nuestra menstruación es irregular o ya no tenemos la regla, lo mejor será marcar un día fijo al mes.

La autoexploración de los pechos tiene dos partes:

  • La primera la realizaremos ante un espejo, y tiene como objetivo localizar cambios en el tamaño, color, textura y movimiento de los senos.
  • En la segunda, tenemos que palpar nuestros senos suavemente, tanto tumbada como de pie, para notar al tacto posibles bultos o hundimientos.

Es especialmente importante prestar mucha atención durante la primera autoexploración de mama. Debe ser más detenida y concienzuda de lo habitual, ya que durante ésta, aprenderemos a conocer el aspecto y la consistencia normal de nuestras mamas, algo clave para identificar posibles anomalías en el futuro.

Tampoco hay que olvidar que la glándula mamaria tiene consistencia nodular y que, al palparla, se puede tener la sensación de tocar pequeños bultos. De ahí la importancia de aprender la técnica de autoexploración mamaria de forma correcta y, a ser posible, bajo la supervisión de un profesional sanitario cualificado (médico, ginecólogo, enfermeras, etc.), que nos guíe en cada paso.

5 pasos para realizar una correcta autoexploración mamaria

Con el objetivo de que la autoexploración sea la adecuada y efectiva, desde Equipo Juana Crespo te guiamos durante el proceso.

  1. Nos colocamos frente al espejo, con los brazos caídos (pegados a la cintura) y giramos el tronco hacia ambos lados para observar bultos en la piel o en los pezones.
  2. Levantamos los brazos y comprobamos que el contorno de los senos es uniforme y que ambos se elevan de manera simétrica.
  3. Observamos si nos sale líquido de los pezones. Esto lo haremos presionando levemente. El líquido puede ser transparente, amarillento, lechoso e incluso sangre.
  4. Tumbadas nos palpamos  los senos. Esto lo haremos con la mano contraria (el seno derecho con la mano izquierda y viceversa), utilizando la yema de los dedos de forma firme y realizando movimientos circulares. Lo recomendable es empezar desde la parte externa hacia el pezón siguiendo líneas rectas (vertical y horizontalmente), para cubrir todas las áreas desde la clavícula hasta la parte superior del abdomen y desde la axila hasta el escote.
  5. Tras la palpación tumbada, nos ponemos de pie, levantamos el brazo y exploramos las axilas. Lo haremos detenidamente, con las puntas de los dedos ligeramente curvados y siguiendo el mismo patrón que en el paso anterior.

Para muchas mujeres, que la piel esté húmeda o mojada facilita la autoexploración de los senos, y por eso prefieren hacerla en la ducha.

En la gran mayoría de los casos (alrededor de un 90%), las pequeñas anomalías en los senos y en su forma tienen su origen en otros tipo de enfermedades, miomas o tumores benignos. No obstante, y debido a que la detección temprana es clave para tratar esta enfermedad con éxito, se recomienda que, independientemente de nuestra edad, realicemos una autoexploración de mama periódicamente. Ésta, junto con las revisiones ginecológicas y las mamografías anuales, son la mejor herramienta para el tratamiento precoz del cáncer de mama.

Tal es la importancia de la autoexploración que, recientemente, la deportista Serena Williams ha protagonizado un vídeo donde incide en la importancia de la previsión y los controles regulares de los pechos. Lo hace cantando la canción “I touch myself” (Me toco a mí misma), del grupo australiano de rock Divinyls, y como parte la campaña “I Touch Myself Project” en la que participan diversos rostros conocidos y anónimos.