Gracias a los avances médicos, hoy en día podemos facilitar la vida de las personas pudiendo detectar a tiempo posibles enfermedades. Es el caso del Papanicolau, una prueba médica destinada a detectar la posible existencia de cáncer en el cuello del útero.

Esta parte se encuentra en la zona más baja del útero, la matriz. En el examen del Papanicolau se raspa ligeramente la abertura del cuello uterino y se obtienen células que se examinan en el laboratorio.

¿Cómo se desarrolla la prueba?

La prueba es realizada siempre por un/a ginecólogo/a en su propia consulta o sala de exploración. No es necesario realizarla en un quirófano, ya que se trata de una prueba que no requiere ningún tipo de anestesia o sedación.

Con la ayuda de un espéculo, la ginecóloga abre el conducto vaginal de forma ligera y cuidadosa, de manera que le permite observar el interior del mismo, así como el cuello uterino.

Tras ello, procederá a hacer un ligero raspado de la zona, de donde se extraen las células que más tarde se analizarán. El raspado se realiza con un hisopo de algodón o cepillo cervical y se hace en dos zonas del cuello uterino: en el ectocérvix, que es la parte más cercana a la vagina, y en el endocérvix, que es la parte que está junto al cuerpo del útero. Es en esta última zona donde generalmente se desarrolla el cáncer.

La muestra se coloca en una placa o frasco en el que, previamente, se ha incluido una solución que permitirá la conservación de las células. Estas serán analizadas con el objetivo de identificar la posible presencia de células anormales en la muestra.

Si te preguntas qué vas a sentir durante el proceso, debes saber que será parecido a una citología, que no causa dolor (aunque sí puede ser incómodo o molesto) y que puedes notar algo de presión.

También puede darse el caso de que las células obtenidas en la prueba del Papanicolau se analicen para detectar otras enfermedades, como el VPH (virus del papiloma humano), ya que la infección por VPH es un factor de riesgo de cáncer de cuello uterino.

¿Quiénes tienen que realizarse esta prueba?

Al tratarse de una prueba que detecta si se padece cáncer de cuello de útero, las personas que se realizan este examen suelen ser mujeres a partir de los 20 años.

¿Cada cuánto? Lo ideal es que, en principio, se repita cada tres años y, a partir de los 30, cada cinco años. Una vez cumplidos los 70, las mujeres pueden no hacerse la prueba, siempre y cuando las últimas hayan salido negativas.

Esto se debe a que el cáncer de cuello uterino se desarrolla de forma muy lenta, por lo que, las pruebas de Papanicolau cada ciertos años serán suficientes para poder identificarlo y establecer un tratamiento a tiempo.

Aún así, recuerda que un examinen ginecológico anual es importante para revisar el estado de salud de tu aparato reproductivo.

Aspectos a tener en cuenta

Antes de realizarte la prueba del Papanicolau es necesario tener diferentes aspectos en cuenta como, por ejemplo, si tomas medicación habitualmente o si sigues algún tratamiento.

De hecho, si se toman algunas medicinas que tienen entre sus compuestos estrógeno o progestina, podrán realizarte el examen del Papanicolau, pero los resultados pueden verse afectados. Por ello, lo ideal sería que no tomes medicamentos que lleven estos compuestos, al menos durante el mes previo a que te sometas a la prueba.

Lo mismo ocurre si realizas el Papanicolau mientras que estás en tu periodo menstrual, el resultado puede alterarse con la sangre. Por tanto, lo mejor es programar la prueba al menos cinco días después del final del ciclo menstrual.

También hay que seguir otras pautas, como:

  • No realizar duchas vaginales en las 24 horas previas al examen
  • No tener relaciones sexuales
  • No usar tampones o espumas anticonceptivas
  • No tomar medicamentos por vía vaginal
  • No usar cremas vaginales
  • No estar embarazada

Los resultados de la prueba

En muchas ocasiones, cuando recibimos los resultados de una prueba, no sabemos interpretarlos correctamente y esto puede dar lugar a confusión. Un resultado normal, propio de una persona sana, significará que no existen células anormales en la muestra recogida durante la prueba.

En el caso de que el resultado muestre la presencia de células anormales, siempre es necesario tener en cuenta que la prueba puede no ser precisa. No obstante, si el profesional médico encuentra en el Papanicolau la presencia de cáncer de cuello uterino, la paciente será derivada rápidamente a un ginecólogo-oncólogo.

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