Las mujeres tenemos aproximadamente una reserva ovárica de 6 millones de óvulos desde que nos estamos gestando en el vientre materno. Y, a partir de ahí, todo son pérdidas.

Si ya al nacer se pierde más de ese 20% de “provisiones de fertilidad”, cada mes desde que se empieza a menstruar, en un irreversible proceso exponencialmente negativo, una mujer pierde 1.000 óvulos de esos 2 o 3 millones hasta que alcance la menopausia.

A lo largo de nuestra vida fértil tan solo 300 o 400 de esos óvulos serán viables. Y no solo se trata de la pérdida. A partir de los 35 años, la calidad de éstos disminuye debido a su envejecimiento, reduciendo sustancialmente la capacidad de concebir.

Por ello, es importante conocer cómo se realiza el recuento de folículos antrales y qué importancia tienen en las posibilidades de embarazo y en los procesos de donación de óvulos.

¡Te lo contamos!

¿Qué son los folículos antrales?

El folículo antral inactivo es una esfera líquida que contiene un óvulo inmaduro, también llamado ovocito.

Al inicio de los ciclos menstruales, los ovarios adhieren varios de esos folículos para transformar uno de ellos en un óvulo maduro que será liberado a las Trompas de Falopio para permitir su fecundación.

En ese momento, el resto de folículos antrales son afectados hormonalmente y desaparecen. El ciclo se repetirá, en caso de no haber embarazo, poco antes de la menstruación, en que los folículos antrales volverán a generarse

¿Cómo se realiza un recuento de folículos antrales?

El recuento de folículos antrales es una técnica sencilla e indolora. Los folículos son visibles, variables cada mes y cuantificables a través de una ecografía transvaginal realizada durante la fase folicular precoz (los días 2, 3 o 5 del ciclo menstrual) en la que es posible medir la reserva ovárica de la mujer y conocer así su potencial de fertilidad.

La reserva ovárica es el total de óvulos de que dispone una mujer en un momento determinado y guarda una estrecha relación con respecto a las posibilidades de quedarse embarazada.

De hecho, el recuento de folículos antrales, valorados en consonancia con la edad de la paciente y su perfil hormonal del día 3 de la menstruación es uno de los mejores indicadores de reserva ovárica y de las capacidades de gestación mediante fecundación in vitro (FIV).

Es decir, el recuento de folículos antrales pronostica cuántos folículos dominantes, también llamados maduros, podremos estimular farmacológicamente antes de la FIV. Más de 8 folículos antrales vaticinan un buen número de óvulos que permitirán una mayor posibilidad de embarazo.

¿Cuál es la cantidad normal de folículos en los ovarios?

La cifra de folículos antrales es variable en cada ciclo. Una mujer produce un número diferente de folículos cada mes, aunque lo normal es que si una mujer tiene una reserva ovárica adecuada el recuento oscilará entre 6 y 10 unidades de entre 2 y 10 mm aproximadamente.

Una baja reserva ovárica es aquella en que los folículos no superan las 6 unidades y una alta reserva ovárica es aquella en que los folículos antrales son más de 12.

Recuento de folículos antrales y donación de óvulos

En mujeres de edad avanzada, o en aquellas que se han sometido a tratamientos agresivos como quimioterapia o sufren de menopausia precoz, la reserva ovárica es muy baja o la calidad de los óvulos no es la adecuada.

En estos supuestos, las pacientes deberán recurrir a la donación de óvulos para poder quedarse embarazadas.

La selección de las donantes de óvulos tiene en cuenta factores como el nivel de reserva ovárica, el cual se analiza cruzando datos como el valor de la hormona antimulleirana (AMH) y el recuento de folículos antrales.

La fiabilidad de los indicadores AMH y folículos antrales

Determinar la capacidad de gestar de una mujer solo es posible de forma fehaciente combinando la prueba de niveles de AMH y el recuento de folículos antrales. De este modo es posible definir el mejor tratamiento para cada paciente o conocer el potencial de una mujer para incorporarse a un programa de donación de óvulos.

Los niveles de la hormona antimulleriana producida en los folículos indican la reserva ovárica de una mujer y se determinan realizando una simple analítica de sangre.

A través del examen ecográfico señalado anteriormente, se conocerá el número de folículos de tamaño inferior a 10 mm y podrá hallarse la relación consistente con una respuesta a la medicación indicada para la estimulación ovárica en la búsqueda del embarazo.

Tratamiento hormonal para la donación de óvulos

De forma natural, los ciclos menstruales generan el desprendimiento de un único óvulo susceptible de ser fecundado. Sin embargo, durante los procesos de donación de óvulos se realiza una extracción de varios óvulos madurados mediante una punción folicular.

Esto es posible gracias a un tratamiento hormonal de estimulación ovárica que permite la maduración de la práctica totalidad de los folículos antrales inactivos que se generan durante ese ciclo con el fin de ser aprehendidos durante la punción.

El éxito en la obtención de ejemplares para la donación de óvulos radica en un control estricto del desarrollo ovocitario y su extracción en el punto exacto de maduración previo a la ovulación espontánea.

Por ello es fundamental realizar una estimulación ovárica controlada y personalizada en cada paciente. Y para la personalización del tratamiento se requiere, como adelantamos, disponer de datos exactos sobre el recuento de folículos antrales y los niveles de AMH.

El proceso de estimulación ovárica realizado para una donación de óvulos es prácticamente idéntico al que se realiza en los protocolos de reproducción asistida. Los niveles de hormonas a administrar durante el tratamiento corresponden a un análisis personalizado e individualizado de cada paciente en el que se tienen en cuenta la edad, el peso, el recuento de folículos antrales y los datos de la analítica de AMH.

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